En lo alto de una meseta a 840 metros de altura, se encuentra en medio de la soledad Ujué, un hermoso pueblo medieval que se asienta sobre un montículo de fuertes pendientes por las que desciende escalonadamente hasta que, en la parte baja del pueblo, el trazado laberíntico se ensancha.
En lo más alto del pueblo se encuentra el Santuario-Fortaleza de Santa María de Ujué, se trata de una de las manifestaciones de más importancia en la arquitectura medieval en Navarra.
Da un paseo por sus calles laberínticas de este pequeño pueblo, con tan solo 300 habitantes, y no te pierdas de probar las migas de pastor, una especialidad culinaria de la zona.