Se trata de una villa amurallada que en el pasado fue importante atalaya. El trazado medieval de las estrechas calles de Laguardia, las puertas de acceso a la villa y los restos de murallas que aún quedan te trasladan en el tiempo, lo mismo que los restos del neolítico o de la edad del bronce que se encuentran en las cercanías.

La villa contiene grandes edificios como: la iglesia de Santa María de los Reyes, cuyos vestigios más antiguos datan del siglo XII, y la de San Juan Bautista, que cuenta con interesantes piezas de arte religioso como el retablo Mayor, una espectacular pieza barroca.

La zona está llena de bodegas, esto se ve fácilmente visitando los sótanos de algún establecimiento hostelero. El vino ha marcado la vida y la historia de Laguardia, así que es muy recomendable ir a probarlo. No faltarán oportunidades en las bodegas que la rodean, muchas de las cuales se presentan al visitante con estilos arquitectónicos de vanguardia. Podrás conocer el proceso de producción del vino en muchas de las visitas guiadas que se ofrecen en las bodegas de la zona.

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