En pleno corazón de los Pirineos occidentales, a orillas del río Bidasoa, cerca del mar Cantábrico, en un pequeño pueblo llamado Oyeregui, existe un denso y colorido bosque, donde se integran naturaleza y leyenda. La entrada a este espacio salvaje es un hermoso jardín decorado con sofisticados patrones modernistas y art nouveau.
Este es el señor de Bertiz. Es un lugar mágico, y si sigues sus caminos, te encontrarás con la belleza de una lamia que no te resultará ajena.
Por cierto, las lamias son sirenas que viajan en los ríos, cantan y se peinan con peines dorados. Según la leyenda, su misión era proteger los bosques del Valle de Bertizarana.
Parece que han hecho un gran trabajo, ya que Señorío de Bertiz es un bosque bien conservado, con una excelente biodiversidad que puedes explorar y disfrutar a tu manera.
Como ya te hemos dicho, Bertiz es un espacio con un enorme tesoro natural en sus 2.040 hectáreas debido a la protección que le otorga su condición de parque natural. Entre sus especies, hay muchas hayas, robles y alisos. Entre sus habitantes se encuentran ciervos, corzos, jabalíes y gran variedad de aves.
Las opciones casuales son suficientes para múltiples visitas, pero para comenzar su encanto, un día en este lugar es suficiente.
El centro de acogida se encuentra junto al aparcamiento y es accesible desde Orono. Aquí está la oficina de turismo, donde, además de conseguir planos locales, puedes comprar entradas para el histórico jardín de arte, el centro de interpretación y el garaje.