Entre los bosques y colinas de la Ribera Navarra se encuentra el Monasterio de Fitero, un lugar envuelto en misterio y leyendas. Aunque muchos lo conocen por su arquitectura cisterciense, pocos saben que esconde pasadizos secretos y relatos de monjes alquimistas.
Historia y leyendas
Fundado en el siglo XII, este monasterio no solo fue un refugio espiritual, sino también un enclave de sabiduría oculta. Se cuenta que, en las noches más frías del invierno, los monjes realizaban rituales para prever las cosechas, y algunos documentos antiguos sugieren que entre sus muros se experimentaba con mezclas de hierbas desconocidas.
En la biblioteca del monasterio, hubo textos que hablaban de un vino especial que solo se servía en celebraciones privadas. Su receta se perdió con los siglos, pero algunos lugareños afirman que aún se pueden encontrar rastros en antiguas bodegas subterráneas.
Elementos arquitectónicos únicos
El monasterio está construido sobre una base de roca caliza, lo que ha permitido la creación de túneles naturales que sirvieron tanto de almacén como de vía de escape en tiempos de conflicto. Entre sus elementos más curiosos se encuentran:
- La Sala de los Susurros, donde las voces parecen amplificarse de forma inexplicable.
- El Claustro de las Sombras, llamado así porque, al atardecer, las columnas generan siluetas que parecen figuras humanas en movimiento.
- La Torre de los Secretos, cerrada al público desde hace décadas, pero según registros antiguos, era un observatorio de estrellas y constelaciones.